No es la primera vez que me dicen: "Pues fíjate que a mi me hubiera encantado ser artista". Pues fíjese que me pasa lo mismo con el Ejército. Desde bien pequeño me escapaba a comprar cajas de soldaditos y montar batallitas en casa. Mi madre bien lo sabe. Quizá sea ella la que me inculcó el amor por el Ejército y los valores castrenses. Mi abuelo, el Coronel Sánchez Losada, al que no llegué a conocer, sirvió valientemente en el Regimiento de Caballería durante la guerra de África. También se hablaba en casa de cuando mi tío abuelo D. Manuel Zaballos Sánchez, Coronel de Alabarderos, sacó a la Reina Victoria Eugenia de España al proclamarse la República. Y por supuesto, las historias de primera mano contadas por mi querido tío Salva, Comandante de Aviación, y que gracias a él, conservo el fascinante sable de mi abuelo. Todas estas historias familiares fueron calando hondo en el corazón de aquel niño ávido de aventuras y hazañas gloriosas contadas en blanco y negro.
Mi abuelo en 1918 cuando aún era Sargento en Melilla
Pero el destino tenía otros planes para mi. Quiso que heredara el talento de mi padre para las artes y el dominio de la materia, así que aquellos sueños de héroes valerosos se transformaron en sueños mas etéreos y espirituales.
No obstante, creo que de alguna manera he intentado mantener vivas aquellas ensoñaciones. Cuando me han encargado una escultura militar, he trabajado con pasión, orgullo y coraje. El estudio se convierte en mi campo de batalla, me pongo a las órdenes del cliente, ataco la escultura por todos los frentes y defiendo la obra a capa y espada.
Pocas licencias artísticas me he concedido a lo largo de mi carrera, pero con el monumento a nuestro escritor mas ilustre, Cervantes, quise rendir un secreto homenaje a todos esos soldados anónimos que se han dejado la piel y la vida defendiendo nuestro país, nuestra cultura y a nuestra gente. Un Cervantes a las ordenes de D. Juan de Austria, orgulloso de haber participado en una batalla que según sus palabras fue "la más alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros". Quizá el plomo que dejó inmóvil la mano al manco de Lepanto también frustró su vocación militar, pero nos ha regalado la mas bella obra literaria de todos los tiempos. No está mal el cambio.
Querido primo, el loable privilegio de la vida militar provee orgullo y distinción, sin embargo la vida misma te dotó con un don hermoso y una maestría que muy pocos tienen; la capacidad creadora, que aunque suene presuntuoso es el don de Dios el creador supremo, a mi me enorgullece ser parte de tu familia. Un sincero abrazo de mi parte. A. T. T: ALBERTO MARTÍN BORREGA.
ResponderEliminarBuenos días Salvador, buscando información sobre un militar apellidado Zaballos Sánchez, me he encontrado este blog en el que comenta sobre un antepasado suyo llamado Manuel Zaballos Sánchez, por el hecho que comenta sobre la reina Victoria Eugenia, creo que es el mismo que yo busco pero no se llamaba Manuel sino JUAN ZABALLOS SANCHEZ natural de Macotera y que llegó a ser Coronel de estado Mayor, alabardero de Alfonso XII. Este señor tenia varios hermanos y hermanas, es posible que descienda de alguno de ellos?.
ResponderEliminarUn saludo y disculpe las molestias
Pablo C. Nieto Martín
Tienes razón, Pablo. Se llamaba Juan. Si quieres hablamos por privado
EliminarEra primo hermano de mi abuelo
Eliminarhola, genial te paso mi correo biblionum@hotmail.com, no se si por el blog hay privado
Eliminar