Puede parecer que no tiene importancia, pero para un escultor que se ciñe al máximo a la veracidad del personaje, acertar a la hora de decidir el vestuario puede suponer todo un reto. Por supuesto, la actitud de la escultura es fundamental, pero... y si me equivoco con una cremallera fuera de época? y si pongo una bota de montar cuando aún no existían? Como vestía? Como calzaban? Además de toda la documentación que pueda recopilar, tengo que procurarme ropas fabricadas con telas que proporcionen unas caídas reales y adecuadas a como quiero inmortalizar al personaje. No olvidemos que una escultura de bronce es eterna y así pasará a la historia. En estos tiempos en que todos tenemos acceso a información fidedigna y a cualquier tipo de archivo histórico, tengo que ser sumamente cuidadoso con estos detalles. Para muestra un botón.
Isabel la Católica, grande entre las grandes, gloria de nuestra historia, mujer firme, valiente y decidida, resolutiva en cualquier empresa que se proponía. Un personaje brutal. Como debería vestir una Reina que encarnara la grandeza de un Imperio?
Yo quise que mi Isabel fuera bella, solemne y representativa de su Reino. Me acordé de Sigourney Weaver cuando aparecía junto a Gerard Depardieu, en 1492 La Conquista del Paraíso. La Católica y Colón entrando triunfantes en la Corte. El manto era espectacular. Llevaba bordados vistosamente los escudos de Castilla, León, Aragón y Sicilia.
Y así fue. Bordé con bronce en lugar de hilo y me esmeré en que cada detalle contara su propia historia. Aquí el resultado:
Mi sorpresa vino cuando, muchos años después, viendo la serie de TVE Isabel, me encontré con esto:
Pues parece que no me equivocaba tanto...
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