Bienvenid@. Por qué un blog? Digamos que estoy en plena catarsis. La web donde podíais ver la obra de todos estos años, se me queda corta a la hora de poder expresarme. Necesito mostrarme, plantear inquietudes y compartir emociones, y algo tan sencillo como este blog me proporciona la cercanía que busco hacía vosotros.
No sabría muy bien por donde empezar. Quizá debería hacerlo por las obras importantes. Aquellas que por su localización o temática han tenido mayor proyección mediática, pero lo que me pide el cuerpo es recordar los comienzos, aquellos sufrimientos previos a lo que soy hoy, fruto de la inexperiencia. Os presento mi primera obra monumental, La Libertad. La realicé con muchísima ilusión, con la autosuficiencia propia de la juventud y con un mimo exquisito. La podéis encontrar en Alcorcón (Madrid), muy cerquita del Ayuntamiento. Os dejo con una poesía de Antonio Pascual Alcaide y una fotografía de la libertad desnuda, sin limites, soñadora.
Estoy sentado y miro, absorto, el movimiento del vacío:
perfume visible que da existencia y vida invisible a la imaginación.
Pienso, respiro ideas; unas libertarias, pero las más condicionadas
y sometidas a todas y cada una de las llamas que a nuestra voluntad rodean.
Observo con quietud depredadora la rama inquieta
en que viven mis fantasmas y espectros insatisfechos.
Espero, sin esperanza alguna, toda inspiración, ahora ausente.
Contemplo con paciencia y sapiencia contenida
el diluir de mi gaseoso ánimo. Todo es abstracción:
intentos imberbes; refugios nevados sin interés para el
bello paisaje del que forman parte.
Todo es espera; desespera mi alma y espesa
el peso sólido de la fría llama:
duerme ya el calambur y la inapetente metáfora dormida.
Pero, de repente, brota del silencio la diana floreada,
la explosión atómica en el intelecto: sinfónico
estallido sin lógica ni demostración empírica.
Toda idea nascente en los artificios del cielo
vierte su luz en mi ánfora modelada con pólvora eléctrica.
Aprieta el agua el cuello de la clepsidra
con el goteo intermitente de religiosos segundos concedidos.
Nace del caos y del abismo el fuego reconciliador:
nace la idea, la forma, la materia, nace lo que nace...
Y mi ánimo respira condensada satisfacción
al ver que mi mente está contenta.
Todo es forma viva en ese maldito y callado amasijo de barro:
montaña de lodo que observo y miro y atisbo desde lo alto.
Todo habla, palpita, al fin; canta el alba tras el lutado silencio.
De la nada nace un símbolo: un ideario.
Mi mente, mis manos
han dado vida a esta escultura viva:
y hoy nace de mis mortales manos.
Nace viva y serena y pulida como el sol de primavera.
Vive y nace en luz broncina,
y rompe su cuerpo con su torso desnudo, desvistiendo así, su sedosa alma.
Todo es libre: su alma, su cuerpo, su mente, su palabra,
su aire, sus huellas, sus manos, mis manos...
Todo es libertad entera.
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