Algunos ojos críticos me comentan que mis representados son demasiado guapos. Pues si, para que negarlo. Ya que nos ponemos a homenajear, lo hacemos bien.
Me gusta crear belleza, llegar a los límites creíbles de virtud y darle un aire solemne a la escultura. Si vamos a subir en un pedestal a alguien, de alguna manera tiene que reflejarse su grandeza. Como? Pues dándole belleza, pensamiento y solemnidad. Imprimir belleza a una escultura es fácil si te ajustas a unos cánones neutros. Para que aporte pensamiento busco que personaje y espectador interactúen, que ambos se hablen con la mirada e incluso puedan conversar. Y una postura natural pero orgullosa le da la solemnidad que requiero.
Os presento a Beatriz Galindo. Escritora y preceptora de Isabel la Católica. Ideal de mujer culta. Seguramente no fuera tan hermosa, ni llevara escote. Tampoco creo que portara un libro en sus manos a cualquier hora del día, pero ya que fue pionera en una época en que las humanidades estaban restringidas a los hombres, quise ensalzarla en su faceta de mujer y persona de letras.
Idealicemos al personaje y su circunstancia. La realidad es bastante fea de por sí, así que soñemos...
Saludos, amigos
Me parece un planteamiento genial.
ResponderEliminarUn abrazo Antonio
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