El arte es la materialización de un delirio

El arte es la materialización de un delirio

lunes, 6 de julio de 2015

Una historia de honor y coraje

 
 
 
Hay aventuras que merece la pena correr. Hace relativamente poco tiempo que escuché la historia de otro gran español, uno tan grande que desfiló junto a George Washington al terminar la guerra de independencia de EEUU. Cuando el malagueño Bernardo de Gálvez fue nombrado Gobernador de Louisiana, seguramente no imaginaba que cientos de años después estaríamos hablando de él, pero estaba destinado a ocupar un lugar privilegiado en nuestra historia y a que un escultor obsesionado con los actos heróicos le inmortalizara en el año de 2015.
 
Nuestro Gálvez no se lo pensó cuando el futuro Presidente Jefferson solicitó la ayuda española, y yo tampoco me lo pensé cuando "El pintor de Batallas", Augusto Ferrer Dalmau me propuso unir fuerzas para dar mayor proyección a Gálvez. El proyecto era apasionante, un pintor y un escultor colaborando y trabajando sobre el mismo personaje. No se a vosotros pero a mi me encanta la idea. Un cuadro y una escultura que nos retrotraigan al momento en que Bernardo de Gálvez le echó cojones y dijo aquello de "El que tenga honor y valor, que me siga, que yo iré delante para quitarle el miedo".
 
Cuanto más conocía al personaje, más ganas tenía de ponerme manos a la obra, pero me encontré con el problema de siempre. El rigor histórico. Con Gálvez teníamos un problema añadido y es que pertenecía al Ejército de Tierra, pero su hazaña más conocida fue comandando el bergantín Galveztown, asi que volví a pedir ayuda a Mariela Beltrán. No se que haría sin la historiadora más entregada y rigurosa cuando me asaltan las dudas. Como siempre, tenemos diferencias, pero no irreconciliables. Mariela acaba encontrando el subterfugio para que las licencias artísticas que me concedo no sean descabelladas.
 
El caso es que la Guerra de Independencia americana da mucho juego y aunque siempre me sirvo de documentación fiable y veraz, soy de los que ponen en práctica la teoría. Llamé a mi amigo Luis Sorando, que de recreación histórica sabe un rato, para preguntarle como se anudaba el lazo a la coletilla de la peluca. Este tipo de detalles me gusta conocerlos de primera mano, es decir, de alguien que se fija hasta en los botones. Eres muy grande Luis.
 
Antes de comenzar a trabajar con la arcilla, había otra cosa que me preocupaba. De Gálvez hay pocos retratos, si bien, el más conocido no es real, el más contemporáneo no le representaba muy agraciado. Ya conocéis mi tendencia a embellecer la realidad, pero en este caso no quería modelar un rostro imaginado. Quería que fuera alguien real y automáticamente me vino a la cabeza mi gran amigo Jesús de Casteleiro y Villaba, de familia militar desde las Navas de Tolosa, porte marcial y estampa orgullosa. De los que se apuntan a un bombardeo. Lo emocionante de esto, es que un antepasado suyo, D. Juan Villalba y Angulo sirvió a las órdenes de Gálvez, así imaginad las sensaciones de tener al alcance de la mano un pedazo de historia viva. No se a vosotros, pero a mi estás cosas me ponen los pelos de punta.
 
 
 Hoja de servicio de D. Juan Villalba y Angulo

 
 
Una vez organizado el trabajo, me puse manos a la obra. Siempre me pasa lo mismo. Juro y perjuro que es la última vez que me obsesiono con una escultura, pero acabo cayendo en las jornadas interminables y en los pensamientos monotemáticos. Han sido 3 meses de trabajo durísimo en los que sólo al final he conseguido disfrutar con la obra. Ese momento en el que ves la escultura montada a falta de los detalles, cuando empieza el entretenimiento de poner un botón, cuando modelas los galones de Mariscal de Campo en automático; ese momento en el que coronas el sombrero de tres candiles con la "vistosa cucarda encarnada".
 

 

 
 
Ese momento en que anudas la trenza (aún sin terminar) de la peluca con un lazo...
 
 
 
 
Ese momento en el que a falta del sable empuñado con vigor en la mano derecha, ves a Bernardo de Gálvez, con la ceja levantada, gesto firme desafiando los cañones británicos apostados en la bahía de Pensacola y con la determinación de un hombre valiente que representó el coraje español allen de los mares. Ese momento en el que le oyes decir: "YO SOLO"
 
 
 
 
Podréis ver la obra definitiva en la exposición que se hará sobre Gálvez en el mes de diciembre, junto con el lienzo de Augusto Ferrer Dalmau. Ambos esperamos que el objetivo de acercar a la sociedad española la figura de Gálvez se cumpla, pero en mi fuero interno deseo de corazón que algún día alguien recoja el testigo y Bernardo luzca con honor en forma de monumento en algún espacio público destacado de la Capital. Después de recibir numerosos mensajes interesándose por la iniciativa, no pierdo la esperanza. A todos vosotros os digo lo mismo. Hay pocas personas que se atrevan a involucrarse en una empresa de tal calibre y que estén comprometidas con nuestros héroes y nuestra historia. Desde aquí mi reconocimiento a quien hizo posible el monumento a Blas de Lezo: Iñigo Paredes.
 
Un abrazo

6 comentarios:

  1. Brillante artículo que nos da un paseo por una parte para muchos desconocida de la historia y para sacar de siglos atrás a personajes tan brillantes como Bernardo de Gálvez.
    Es bueno el recrearse bien en los pequeños detalles que solamente conocen unos pocos, como es el caso de los entorchados o de cómo se llevaba el pelo en aquella época.
    Será un placer y un gusto ver tu obra en algún lugar de privilegio como se merece.
    Un abrazo.

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  2. Querido Salvador,
    Enhorabuena por tan magnífica escultura. Respecto al monumento a don Blas lo hicimos posible entre muchos y tú lo llevaste a cabo de forma espectacular. Sin duda no podríamos haber contado con un artista más indicado para nuestro Monumento. Un fuerte abrazo,
    Iñigo Paredes

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  3. Maestro,
    Todavia no dejo de sorprenderme, y espero que nunca deje de hacerlo, con la belleza y la fuerza de tu trabajo. Espero con mucha ilusión la inaguracion de esa exposición en la que tanta gente esta poniendo no solo su trabajo y su tiempo sino también su pasión y su corazón. Muchisimas gracias desde el otro lado del océano por sacar a Galvez de las bibliotecas y llevarlo a las calles y al pueblo para que todos podamos no solo conocerlo sino también vivirlo.
    Gracias!!!
    Teresa Valcarce Graciani

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  4. Que bella semblanza, desde el corazón, del macharatungo (gentilicio de los nacidos en la localidad malagueña de Macharaviaya). La obra de un artista es todavía mejor si se empatiza con lo qué o a quien representa esa pintura o esa escultura. En el caso de Salvador y de Augusto, está claro que vibran con nuestra historia, con el orgullo de lo español y la idea de la hispanidad.. y eso se transmite a sus obras; logrando no sólo la plasticidad y el realismo precisos, sino también todo la calidez y la vitalidad del sentimiento, lo que engrandece su obra y la convierte en algo sublime y emocionante. Enhorabuena y gracias por amar tanto a España -que falta nos hace-.

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  5. Una vez me dijo alguien que a la historia solo pasan los que se entregan al arte. Los escritores, pintores, escultores solo trabajan porque les mueve la pasión o la inspiración, sino no lo harían. Los demás solo trabajan aunque les guste mucho o muchísimo su trabajo. Yo que soy ingeniero reconozco me que gusta pero la pasión son mis libros y mis historias.
    Salvador, tu obsesión es la evidencia de que estas CREANDO, y eso solo lo hace el creador y los artistas. Así que sigue obsesionándote.
    No había caído, el otro día, cuando asististe a la presentación de mi libro (el otro Bernardo) con Jesús de Casteleiro y Villaba tuve la sensación de haberle visto antes, era el, era la cabeza de don Bernardo Gálvez. !Genial!

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